LLegamos a casa de Alfredo Bolaños en Eloxochitlán de Flores Magón. Alfredo es campesino, indígena mazateco, líder cafeticultor y preso político desde hace
nueve años.
La mañana es tranquila, la neblina comienza a disiparse, los gallos cantan, y las montañas que rodean a Eloxochitlán se ven verdes y llenas de vida, hace frío, pero el sol comienza a calentar.
Nos espera la madre de Alfredo Bolaños, Ofelia. Al llegar, Ofelia nos sonríe y nos saluda, porta un mandil azul, suéter, y un vestido con flores. Nos ofrece café y pan como es tradición en Eloxochitlán cuando alguien visita un hogar.
Ofelia, madre de Alfredo Bolaños camina en la parcela en donde la familia de Alfredo sigue sembrando café.
Ya con el café en la mesa, nos sentamos a platicar con Ofelia. También está presente su yerno quien nos ayuda a traducir del español al mazateco y del mazateco al español. Ofelia habla español pero tiene más dominio del mazateco.
Ofelia nos platica con tristeza que desde que Alfredo fue encarcelado no ha vuelto a verlo.
La última vez que lo vio fue el 14 de diciembre del 2014, día en que el grupo caciquil de Elisa Zepeda y Manuel Zepeda atacó a la Asamblea Comunitaria de Eloxochitlán.
Ofelia nos explica que ese año Alfredo Bolaños había sido elegido como presidente del Cabildo Indígena de Eloxochitlán.
Alfredo era muy querido por su comunidad. Antes de ser encarcelado, se dedicaba a sembrar, cosechar y comercializar café, así lo cuenta Ofelia:
“Fue organizador de café, tenía mucha gente, 500 personas estaban con él porque llegó a sembrar café y después vender café pergamino. A él lo pusieron como autoridad de su gente, lo eligieron su gente como presidente, lo votaron, mucha gente.”
Ofelia nos muestra la última cosecha de cerezas de café que aún tienen que pasar por otros procesos para poder servirse en una tasa de café.
En noviembre del 2014, el grupo caciquil de Elisa Zepeda y Manuel Zepeda tomó por la fuerza el Palacio Municipal y desconoció la elección por usos y costumbres de Alfredo.
Por esta razón, la comunidad se organizó para exigir el reconocimiento de sus autoridades.
El 14 de diciembre, la asamblea acudió al centro de la población para renover el cargo tradicional de Alcalde, y revindicar a la Asamblea comunitaria como el órgano de decisión, denunciando así las prácticas caciquiles impuestas desde el exterior.
Ahí comenzó el ataque por parte del grupo caciquil de Elisa Zepeda, seis personas resultaron heridas de bala. Esto ha sido relatado por testigos que estuvieron presentes el día de los hechos, además de que existen denuncias por las heridas de bala.
Ese día 14 de diciembre, varias personas lograron detener a Manuel Zepeda Laguna, hijo de Manuel y hermano de Elisa Zepeda, quien fue identificado por la comunidad como una de las personas a cargo del ataque ademas de que portaba un arma de fuego de acuerdo con los testimonios que Alfredo y sus compañeros han ofrecido.
Una comisión formada por Alfredo Bolaños, Herminio Monfil y otros indígenas mazatecos quienes también tenían cargos de autoridad en la comunidad, trasladaron a Manuel al Ministerio Público de Huautla de Jiménez el cual se encuentra a casi 40 minutos de Eloxochitlán.
En el camino, agentes ministeriales interceptaron el coche en donde trasladaban a Manuel Zepeda. Los agentes entrevistaron a todos los hombres que se encontraban en el vehículo, incluido Manuel.
La comisión de Alfredo continuó con su camino hacia el Ministerio Público, al llegar entregaron a Manuel Zepeda a las autoridades.
Esta información se encuentra incluida en el expediente de la causa penal 02/2015, en su declaración, los agentes ministeriales reconocen haber visto y entrevistado a Manuel Zepeda, nunca dan alguna declaración que indique que Manuel se encontraba herido y mucho menos, que estuviera muerto.
Alfredo y sus demás compañeros no regresaron a Eloxochitlán. Después de entregar a Manuel al Ministerio Público, permanecieron horas esperando a que se les tomara su declaración.
Fue hasta el anochecer cuando las autoridades les dijeron que tenían que trasladarlos a la capital de Oaxaca para que rindieran su declaración.
Después de tres días de permanecer detenidos en Oaxaca, Alfredo y sus compañeros se dieron cuenta de que habían sido detenidos de forma arbitraria y que eran acusados del delito de homicidio de Manuel Zepeda, persona a la que ellos entregaron con vida y no volvieron a ver.
Hasta la fecha, la perita médica que certificó el fallecimiento el 15 de diciembre, no el día 14, y que estableció haberlo hecho en la Comandancia Regional de Policía de Huautla de Jiménez, nunca ha vuelto a aparecer en el caso. Renunció a la Fiscalía antes de presentarse a contestar el interrogatorio de la mayoría de los presos.
Otras 33 personas de Eloxochitlán fueron acusados del mismo delito y por tentativa de homicidio en contra de Elisa Zepeda.
El Ministerio también abrio otras tres causas penales en contra de habitantes de Eloxochitlán, al menos 56 personas fueron acusadas, la mayoría obra en los cuatro expedientes.
Una de las principales razones por las cuales Ofelia no ha vuelto a ver a Alfredo, es debido a que Alfredo fue trasladado al Penal de Tanivet, a una hora de la capital de Oaxaca y a más de siete horas de Eloxochitlán.
Esto es contrario al Artículo 18 de la Constitución Política de los estados Unidos Mexicanos que en su párrafo VIII establece que:
“Los sentenciados, en los casos y condiciones que establezca la ley, podrán compurgar sus penas en los centros penitenciarios más cercanos a su domicilio, a fin de propiciar su reintegración a la comunidad como forma de reinserción social.”
Un viaje de ocho horas en un camino caracterizado por sus cuvas imparables imponen terror para personas de la tercerda edad como Ofelia.
El traslado al reclusorio de Tanivet es además costoso, por lo cual, la familia de Alfredo ha tenido que disminuir la frecuencia de las visitas conforme se han alargado los años de encarcelamiento de Alfredo.
Continuamos la conversación con Ofelia, ahora caminamos con ella en la parcela a un costado de su casa. Hay árboles de más de 3 metros de altura que hacen que el lugar se sienta fresco pese a que es un día caluroso.
El piso esta húmedo y las matas de café nos rodean, Ofelia nos señala las que fueron plantadas por las manos de Alfredo, algunas sobreviven después de nueve años.
Las plantas más pequeñas han sido sembradas por su familia que ha mantenido viva la siembra y cosecha de café. Durante el recorrido, Ofelia y otro familiar de Alfredo, nos explican el proceso para lograr la producción de café.
Ofelia levanta algunas plantas que miden menos de un metro de altura, estas plantas serán trasplantadas al alcanzar la altura necesaria.
Con una sonrisa, doña Ofelia nos cuenta que Alfredo enseñó a muchas personas de la comunidad a sembrar café.
El cuñado de Alfredo, presente en esta platica, también nos relata que la producción de café se vio sumamente afectada desde que Alfredo fue encarcelado.
Hoy en día, la familia siembra la pequeña parcela a un costado de la casa, y a veces no tienen el tiempo de dedicarse a todas las tareas que implica la producción de café.
Ofelia nos platica con tristeza que las tierras que Alfredo trabajaba, ahora están en el abandono y su organización de cafeticultores se extinguió debido al miedo producto del encarcelamiento y persecución en contra de sus integrantes.
“Ya nadie va a sembrar allá a su rancho, le dio miedo a la gente, a su gente, muchos se fueron, y ya abandonaron todo, había mucho miedo.”
El proceso penal de Alfredo, como el del resto de los presos y perseguidos de Eloxochitlán, ha estado plagado de irregularidades, actos de dilación por parte del Juzgado de Huautla, violaciones a los derechos procesales, y también a los derechos humanos.
En particular, Alfredo ha estado encarcelado por nueve años sin sentencia, esto es violatorio a la Constitución Mexicana y al Código Nacional de Procedimientos Penales que establece en su Artículo 165 que:
“la prisión preventiva… en ningún caso será superior a dos años. Si cumplido este término no se ha pronunciado sentencia, el imputado será puesto en libertad de inmediato mientras se sigue el proceso…”
En septiembre del 2023, el Juez de Huautla negó a Alfredo Bolaños, Fernando Gavito y Francisco Durán, el cambio de media cautelar que habían solicitado, una clara violación a los derechos humanos y a la Constitución mexicana.
Ofelia nos muestra las cerezas de café que están listas para ser cosechadas, algunas de estas cerezas provienen de cafetos sembrados por Alfredo Bolañsos.
Después de visitar la parcela de Alfredo, regresamos al cuarto en donde comenzamos la entrevista. En este espacio de la casa, la familia de Alfredo se reúne a comer, reciben visitas, y celebran cumpleaños, y otras festividades.
Durante nuestra visita, se festeja el cumpleaños de un integrante de la familia, hay pastel, risas y música.
La alegría y la vida siguen existiendo en Eloxochitlán, pese a que el grupo caciquil de Elisa Zepeda ha hecho todo para encarcelar a más de 56 hombres y mujeres de la comunidad.
Ofelia nos dice que lo que más desea hacer cuando Alfredo regrese a casa es cocinar para él.
“Estamos esperándolo para que coma lo que comemos acá, no lo que come allá. El me habló por teléfono cuando tenía 2 o 3 años allá en prisión, y me dijo que la comida no es igual que en la casa. Le vamos a hacer caldito, verduras… chayote, tepejilotes, calabaza, tamales de elote.”
Ofelia nos muestra la máquina que tienen para despulpar el café, la venta de café se vio sevamente afectada a raíz del encarcelamiento de Alfredo.
A pesar de todos estos años de violencia institucional y persecución política, la familia de Alfredo, sigue en pie de lucha exigiendo la libertad de su hermano.
Ofelia también sigue exigiendo que su hijo regrese a casa.
El pasado 16 de febrero del 2024, Alfredo Bolaños, Fernando Gavito y Francisco Durán ganaron un amparo interpuesto por su defensa en contra de la decisión del Juez de Huautla de negarles el cambio de medida cautelar.
El amparo se encuentra en revisión, debido a que Elisa Zepeda quien es parte del partido político Morena, interpuso el recurso de revisión al amparo ganado por los presos políticos.
Ahora Ofelia, y el resto de la familia Bolaños espera a que el amparo sea estudiado por autoridades judiciales del nivel federal y que el resultado sea la libertad de Alfredo y sus compañeros.
Es momento de que Alfredo regrese a sus tierras, para que pueda caminar entre los cafetos que sembró y que su familia ha cuidado con amor y resistencia.
Ofelia Bolaños nos dic que lo único que espera es poder abraza a Alfredo una vez más:
“Ya van a ser 10 años, yo solo quiero que mi hijo salga ya de ahí en donde está, yo no voy a Oaxaca porque me hace daño ir, en la salud.”
Así termina nuestra entrevista a la madre de Alfredo Bolaños, quien después de una década sigue exigiendo la libertad de su hijo.
Nos despedimos, Ofelia nos dice que regresemos pronto por una taza de café.
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