La lucha de la Comunidad Otomí
por el derecho a la Vivienda
Tres años de resistencia en
la Casa de los Pueblos
Samir Flores Soberanes"
Este 12 de octubre se cumplirán 3 años desde que la Comunidad Otomí Residente de la Ciudad de México irrumpió en el edificio federal del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas.
Por más de 25 años, la comunidad Otomí había exigido a distintos gobiernos de la Ciudad de México garantizar su derecho a una vivienda digna, así como a condiciones de trabajo, educación y salud que les han sido negadas debido a la discriminación y racismo que sufren en la ciudad como personas indígenas.
La respuesta del gobierno de Claudia Sheinbaum a las demandas de la comunidad fue la represión y la violencia, en 2019 más de 100 granaderos desalojaron el campamento que mantenían fuera del predio Roma 18 en la Colonia Roma Norte.
La pandemia llegó y el gobierno capitalino abandonó a la comunidad: sin acceso a agua, sin poder salir a las calles a trabajar, y recibiendo cajas vacías de funcionarios de la CDMX que tomaron fotografías para promocionarlas en redes sociales, la comunidad decidió tomar acción y en Asamblea decidieron tomar el edificio federal.
Han pasado ya casi 3 años desde ese día, la Comunidad Otomí ha renombrado el lugar como “La Casa de los Pueblos, Samir Flores Soberanes” en honor al activista de Amilcingo asesinado durante el sexenio de López Obrador.
La comunidad ha organizado cientos de eventos, asambleas, foros presenciales y virtuales; el espacio se ha convertido en un lugar de encuentro para Pueblos Originarios de todo el país. La comunidad se ha unido a un frente nacional llamado Asamblea Nacional por el Agua que denuncia la explotación de este líquido por empresas nacionales y transnacionales en colusión con el gobiernoa.
También acompaña el caminar de los padres de Ayotzinapa y forman parte del Congreso Nacional Indígena que se organiza para denunciar la guerra en contra de las comunidades Zapatistas y de comunidades originarias en todo el país.
Hasta el día de hoy no hay respuesta por parte del gobierno de la Ciudad de México, la comunidad sigue exigiendo que se expropie el predio de Roma 18. Tras un año de la toma, la Comunidad logró la expropiación del predio Zacatecas 74, sin embargo, la construcción de las viviendas está totalmente paralizada pese a que Martí Batres prometió dar inició a las obras.
La comunidad Otomí sigue resistiendo, dentro del edificio hay un taller en donde todos los integrantes elaboran las muñecas Lelé, la comunidad ha cambiado los colores de la muñeca por los colores rojo y negro y una estrella roja símbolo del EZLN. Familias con infancias habitan el espacio, una escuela autónoma provee educación autónoma a nivel preescolar y el próximo 12 de octubre se inaugurará una radio autónoma con apoyo de medios libres que también colaboran en el espacio.
Esta es una serie de retratos y testimonios de integrantes de la comunidad Otomí que resisten en la Casa de los Pueblos Samir Flores Soberanes, el fin es escuchar sus demandas, exigencias, y también esperanzas para el futuro. Agradecemos la confianza de la comunidad y el tiempo dedicado para compartir sus experiencias, celebramos su resistencia y exigimos vivienda digna para todos y todas.
Mariana
“Tengo 18 años, desde que yo tengo memoria hemos estado viviendo en casas de lámina, yo veía que mis abuelos iban a marchas juntos. Yo no sabía porque, yo veía en la tele a los presidentes y pensaba que estaban haciendo algo por los pueblos, pero ya después vi que todo era finta porque yo veía que mis abuelos llegaban y decían que no había respuesta, que no los atendieron.
Cuando mi abuelo vino aquí el 12 de octubre yo no sabía; pasaron 2 o 3 semanas y ya después nos venimos para aca. El gobierno nunca dio la cara, no la ha dado.
Somos indígenas, pero también somos humanos y he visto mucha discriminación cuando salimos a marchas, nos mientan la madre porque cerramos calles y hacemos ruido, luego nos dicen indios… a mí no es una palabra que me ofende porque se mis raíces y las de mis papás.
Vivo bien aquí en la Casa de los Pueblos, pero no es todo lo que quiero, estoy aquí luchando para una vivienda que no va ser regalada. Aquí le pusimos a la Casa de los Pueblos Samir Flores por el compañero que asesinaron defendiendo sus tierras. Ya llevamos 2 años aquí y aunque estamos bien no quiero pasar más años aquí, no es lo que quiero.
El 12 de octubre vamos a celebrar, aunque no creo que tengamos nada que celebrar, porque no deberíamos de estar aquí, pero vamos a celebrar los 531 años de resistencia indígena y los 27 años del Congreso Nacional Indígena y se va a hacer la acción global por el alto a la guerra contra los pueblos zapatistas, y los pueblos originarios en México y el mundo.”
Elsa
“Nosotras tenemos una escuelita autónoma, muchas de las compañeras tienen a sus niños y niñas aquí en preescolar. Como comunidad asistimos a muchos eventos en Puebla, Xochimilco, las Asambleas del Agua y también aquí en la Casa de los Pueblos vienen compañeros de otros pueblos para decir aquí sus demandas, así como nosotros apoyamos, así nos apoyan.
También nos hemos enfrentado a que nos corten la luz, aquí había dos compañeras que acababan de dar a luz, y entonces ellas necesitaban atención y condiciones para ellas y sus bebes. Nos organizamos en asamblea, y cerramos la avenida hasta que nos regresaran la luz. Nos ponen siempre peros, ya se va a terminar el año y el sexenio y no nos atienden, Claudia Sheinbaum no nos dio la cara, tampoco Adolfo Regino.”
Margarita
"Yo voy a hablar de todo porque yo lo viví. Primero viví en Zacatecas 74, después me fui a Roma 18. Ahí no había agua, ni drenaje, si íbamos por agua al parque siempre había polis detrás de nosotros. A Roma 18, nos mandaron más de 300 granaderos y nos sacaron a madrazos, no le importó si había mujeres, niños, mi hermano es discapacitado y no les importó, lo maltrataron. Les pedimos el documento en donde se autorizaba el desalojo y nunca nos lo enseñaron.
En la pandemia los gobiernos nos dijeron que no saliéramos, y el gobierno hizo una burla, nos mandó cartones y cajas de despensa y se llevaron fotos, y solo había una o dos bolsas de arroz y frijol, como si eso alcanzara para los niños.
Todos hicimos una junta y decidimos entrar al edificio y tomarlo, llegamos aquí el 12 de octubre, dicen que ese día es de festejar el día de los pueblos indígenas, pero nosotros qué vamos a festejar. Les gusta robar la foto, decir cosas que hacen, pero no es cierto. Yo pensé que íbamos a estar aquí una semana o dos, pero nunca nos imaginamos que un año o más, pero aquí estamos mejor que en los predios, aquí no pasamos frío, aquí no se mete la lluvia. Aquí apoyamos a varios pueblos, no solo uno, son muchos pueblos.
Si había miedo de recibir aquí los mismos golpes de los granaderos, pero ya no tenemos miedo, aquí no pasamos frío, aquí tenemos agua, no sufrimos. Antes sufríamos bastante. Dice que primero estamos nosotros, a mí me molestó mucho que apenas nuestras compañeras habían dado a luz, y luego luego el gobierno vino a cortar la electricidad. Además, el gobierno siempre nos cierra la puerta, cuando vamos a preguntar cuándo va a comenzar la construcción del predio, y cuándo van a expropiar el otro. Nosotros seguimos exigiendo nuestra vivienda, llevamos más de 25 años luchando por la vivienda, no va a ser regalado va a ser pagado.
Les urge su edificio – el INPI- pues a nosotros también nos urge nuestra vivienda.”
Viviana
“Yo vivía en el predio de Zacatecas 74, lo que más me afectaba era la lluvia porque se metía el agua ya que los techos eran de lámina, además en esos tiempos era pandemia. El gobierno decía que nos teníamos que cuidar, pero el espacio era muy chiquito, no había la posibilidad de cuidarse; ahí no había las condiciones que ahorita tenemos.
También el estudio, las clases eran en línea, con las lluvias uno no podía estar en videollamada y aquí es diferente, aquí llueve y ya no nos mojamos, no hay frio. Allá igual los niños se mojaban, los niños aquí pueden divertirse y jugar sin mojarse.
Nosotros seguimos exigiendo vivienda digna, ya van más de 25 años y aquí ya vamos para 3 años, y el gobierno no ha resuelto nada, no nos han hecho caso. Y por más que salimos a marchar no vemos el resultado que según ellos nos van a apoyar.
Lo bueno de vivir aquí es eso, vivimos mejor en donde vivíamos en los predios. Me gusta de aquí apoyar a otros y sentirnos apoyados también, creo que también es bueno que aquí vienen a decir sus problemas otros pueblos, y nos apoyamos entre todos y así es como podemos vencer al gobierno.
Falta además de la vivienda otras demandas como trabajo, salud educación. Aquí los que nos ha servido es la organización, que entre todos vamos haciendo todo.”
Itzel
“Cuando entramos aquí mi temor, porque tengo dos niñas que están aquí y aquí crecieron, mi niña chiquita tenia año y medio y la otra era una bebé, mi temor era que nos sacaran con violencia, y más porque yo vi en el predio de Roma cuando llegaron los granaderos.
Hicimos mesas de trabajo en donde nos dijeron que, si iban a expropiar los predios que exigíamos, hicimos 3 o 4 mesas con el gobierno y después todo se perdió.
Aquí vivo bien con mis hijas, hemos formado varias comisiones, también elaboramos la muñeca Lele casi al año y medio y lo inauguramos y lo comenzamos, todos los compañeros lo trabajan. Yo tengo a mis dos niñas aquí que van a la escuela autónoma aquí. Yo antes tenía miedo de que nos sacaran, pero ya no, ahora si ya que lo que venga, yo también estoy luchando. Antes yo no sabía de la lucha, pero de escuchar a otros pueblos, y ahora si digo que a lo que tope, yo tengo mi voz y no me voy a dejar.
Ya hicimos un diálogo y no quieren, decía Claudia Sheibaum que primero los pobres y no es cierto, ya vamos aquí 3 años y no se ha presentado, 3 años y nunca se presentó. El presidente también dice que primero los pobres, y no es cierto.
Yo me siento bien porque mis hijas tienen un espacio en donde jugar, en donde estudiar, ya tienen aquí su cuarto, aquí me siento más libre, con calma y también a alzar la voz. Y ahora ya a donde tope, me sé defender; también mis hijas porque están conociendo la lucha, y ya ellas hasta se echan las consignas o alzan la mano, aunque no saben hablar todavía bien pero ya se echan las consignas. Yo soy una de esas mamás que aquí también va a tener otro bebé y aquí va a crecer, somos una comunidad unida.”
Joaquina
“Yo vivía en el predio de Zacatecas 74, lo que más me afectaba era la lluvia porque se metía el agua ya que los techos eran de lámina, además en esos tiempos era pandemia. El gobierno decía que nos teníamos que cuidar, pero el espacio era muy chiquito, no había la posibilidad de cuidarse; ahí no había las condiciones que ahorita tenemos.
También el estudio, las clases eran en línea, con las lluvias uno no podía estar en videollamada y aquí es diferente, aquí llueve y ya no nos mojamos, no hay frio. Allá igual los niños se mojaban, los niños aquí pueden divertirse y jugar sin mojarse.
Nosotros seguimos exigiendo vivienda digna, ya van más de 25 años y aquí ya vamos para 3 años, y el gobierno no ha resuelto nada, no nos han hecho caso. Y por más que salimos a marchar no vemos el resultado que según ellos nos van a apoyar.
Lo bueno de vivir aquí es eso, vivimos mejor en donde vivíamos en los predios. Me gusta de aquí apoyar a otros y sentirnos apoyados también, creo que también es bueno que aquí vienen a decir sus problemas otros pueblos, y nos apoyamos entre todos y así es como podemos vencer al gobierno.
Falta además de la vivienda otras demandas como trabajo, salud educación. Aquí los que nos ha servido es la organización, que entre todos vamos haciendo todo.”
Isabel
“Mi nombre es Isabel, soy originaria de Santiago Mexquititlán, Querétaro, como han dicho, nosotros no tenemos justicia en ningún lado. Estamos viendo que la justicia es para quien tiene dinero. Si tienes dinero y desaparecen a alguien que quieres lo buscan y lo encuentran, pero si eres de una comunidad indígenas, si hablas una lengua indígena, nunca te buscan, nunca ni siquiera hay justicia si te asesinan como a Samir Flores Soberanes.
Aquí luchamos por todo el planeta que es la madre tierra, nosotros hemos estado con ella, la hemos defendido, ahora dicen con López Obrador que va haber trabajo para nosotros y en nuestras comunidades, y nosotros decimos que no es cierto. Si quisieran ayudarnos no construirían hoteles y proyectos que destruyen nuestros ríos y nuestra comunidad; construirían escuelas, hospitales en nuestras comunidades. Así es, muchos niños tienen que caminar una hora para llegar a sus escuelas, y sabemos que lo hacen así porque no quieren que los Pueblos tengamos educación.
Así es como terminamos desplazados y aquí llegamos y es igual la discriminación, pero nosotros ya no nos sentimos mal de lo que nos dicen, al contrario; tú que estas estudiando una universidad ni siquiera sabes de dónde vienes. Así luchamos todos los pueblos contra el racismo, contra la discriminación y por nuestros derechos, por la autonomía. Así como lo han hecho los hermanos y hermanas zapatistas. Nosotros caminamos con ellos, y seguimos llevando esa lucecita que las hermanas zapatistas nos dieron.
En la comunidad Otomí también luchamos por el agua, por los ríos, por los árboles, por la vida. Sabemos que al gobierno y al empresario no le importa esto, y aunque no entienden, también luchamos para que sus futuras generaciones tengan eso, agua y vida. Aun así, el gobierno sigue regalando el agua y nuestras tierras, ahora la ley dice que no podemos tener un pozo artesanal, y en cambio sí les dan pozos a las empresas, y no te dicen que las empresas pueden renovar la licitación por estos 50, 40 y hasta 70 años. Te privatizan el agua desde que eres niño, y después te dicen que ya no puedes hacer nada.
Y con el gobierno de López Obrador hemos visto lo mismo, que dijo nos iba a atender y pasaron los meses y nunca lo hizo. Y el sí decía que tenía derecho a manifestase y ahora nos critica por hacer lo mismo que él, que estuvo dos, tres meses cerrando avenidas. Así sigue todo, no hay justicia y no hay verdad. Lo vemos con los padres de Ayotzinapa, llevamos 9 años caminando con ellos y no hay nada, ahora quieren poner a Omar Harfuch como Jefe de Gobierno, parece que lo están premiando cuando participó en lo que le pasó a los normalistas, y su papá y su abuelo en lo que pasó el 2 de octubre.
Y bueno es lo que hacemos aquí, luchar por la vida, luchar por un alto a la guerra, por la justicia para todos y todas aquellas. Y aquí seguiremos, a ellos se les olvida que somos semilla y que germinaremos en dónde estemos siempre que tengamos agua. Entonces eso vamos a defender, el agua, y la vida. Así seguiremos luchando con todos los pueblos que también luchan por la vida, aquí en México, y en otras geografías como la Europa insumisa, también fuimos ahí y les dijimos que seríamos voz de sus aldeas.
Aquí seguimos, y no nos rendimos, no claudicamos:”