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Foto del escritorObservatorio Memoria y Libertad

Karla y Magda, y el derecho a protestar


El pasado 23 de agosto, la Comisión por la Libertad de Karla y Magda realizó una protesta a las afueras del Instituto Nacional de Arqueología e Historia para exigir que dicha institución retire los cargos en su contra.


El INAH junto con la Comisión Nacional de Derechos Humanos han levantado acusaciones penales por supuestos daños al edificio histórico y por el supuesto delito despojo realizados durante la toma de Cuba 60 en el año 2020.


Karla y Magda estuvieron privadas de su libertad por más de 10 meses tras ser desalojadas del edificio en abril del 2022, esta tercera carpeta federal que enfrentan, ahora en el fuero federal, busca que las dos jóvenes regresen a prisión y de esta manera extender el castigo hacia la protesta feminista.


Las acciones de ambas instituciones, el INAH y la CNDH, parecen inverosímiles; la CNDH-encargada de defender los derechos humanos, entre ellos el derecho a la protesta social-ha presionado en cada una de las audiencias para que las dos mujeres sean vinculadas a proceso.




La titular de la CNDH, Rosario Piedra Ibarra, ha desacatado la orden del juez que lleva a cabo el proceso y que ha instruido a la CNDH sentarse a dialogar con Karla y Magda. De la misma forma, el INAH ha rechazado las llamadas al diálogo por parte del juez federal.


En ula protesta realizada por la Comisión por la Libertad de Karla y Magda este pasado 23 de agosto a las afueras del INAH, representantes jurídicos de la institución ofrecieron una mesa de diálogo a Karla y Magda.


Sentados frente a frente, los funcionarios del INAH escucharon a las dos jóvenes hablar de la tortura que sufrieron durante su detención y dentro del Penal de Santa Martha, los funcionarios también pudieron escuchar a las dos jóvenes decir que no tienen el monto económico que le INAH pide por los supuestos daños al edificio y que, como han repetido, ellas no participaron en la toma de dicho edificio y sólo habían llegado en calidad de refugiadas 15 días antes del desalojo.


Los funcionarios presentes prometieron pedir al juez posponer la audiencia del día siguiente para así poder contactar al Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social, el cual representa a Karla y Magda, y así proponer una salida pacífica y fuera del ámbito penal.


La sorpresa de Karla y Magda fue ver que el INAH rompió su promesa, los representantes jurídicos de la institución nunca pidieran el aplazamiento de la audiencia. Una vez más, las instituciones de este país demuestran que la mentira y el engaño sigue siendo política de Estado.



Lo que queda claro es que, a más de 3 años de que las Comisión Nacional de Derechos Humanos fuera ocupada por madres y familiares de víctimas cansadas de la indolencia y negligencia de esta institución, nada ha aprendido la titular de esta institución y de ninguna otra.


El Estado mexicano y todo su aparato institucional sigue culpando a las víctimas, se sigue mintiendo y lucrando con el dolor, y se sigue utilizando los aparatos represivos para castigar el derecho de las víctimas a exigir justicia.


Ningún avance en Derechos Humanos ha habido en esta administración, la situación es cada vez más peligrosa y compleja para los defensores y defensoras de derechos humanos, periodistas, y activistas: acosados desde el poder, traicionados por las instituciones que supuestamente velan por su protección, criminalizados por los aparatos judiciales del Estado.


El INAH, por ejemplo, cataloga como daños al edificio las pintas realizadas en los muros interiores y exteriores, aún cuando todas las pintas hablan del dolor de las familias y madres, y mujeres que pasaron por este lugar. Aunque fue un acto histórico en el país y en la lucha de las mujeres y víctimas de ese país, el INAH lo reduce a un acto delictivo sin querer si quiera comprender la carga cultural de cada una de las pintas.




Frente a este panorama tan desolador, y con la violencia en aumento en todo el país, tenemos que preguntarnos ¿qué más pueden hacer las víctimas de este país? ¿cómo exigir justicia en un país en donde las leyes sólo protegen a los criminales en el poder?


Muchos sabemos que la protesta en las calles es nuestra única voz, nuestra única arma, nuestra única forma de incomodar para ser mínimamente escuchados.


Por eso la persecución en contra de Karla y Magda, y muchos defensores/as más; para este gobierno y para esta Comisión Nacional de Derechos Humanos, cualquier acto de incomodidad que no aplauda al régimen debe ser aplastado, castigado, encarcelado y reprimido.


La repuesta como colectivos/as en favor de la justicia social debe der ser el de la solidaridad, no abandonar a nuestros presos/as, a nuestros perseguidos/as, denunciar todo acto de intimidación y criminalización, ser firmes ante las acciones represivas del Estado.


No soltemos las calles, sigamos incomodando con pintas y acción directa, apoyemos a quienes ponen el cuerpo/cuerpa/cuerpx para defenderse de la violencia del Estado.


Que la historia recuerde que en estos tiempos de dolor y muerte hubo personas con dignidad que levantaron la voz para iluminar la oscuridad.









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