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44 años desde la Masacre en la Embajada Española en Guatemala, 44 años de exigir justicia.
La mañana del 31 de enero del presente año se cumplieron 44 años de un acontecimiento en las páginas muy olvidadas de la historia Guatemalteca; la masacre de la Embajada Española de Guatemala en la cual 38 personas perdieron la vida, y entre los que se encontraban campesinos mayas y estudiantes, así como trabajadores diplomáticos.
En un emotivo acto espiritual, político y artístico sobre la calle donde anteriormente fue la sede diplomática del país ibérico; se dieron encuentro centenares de militantes, estudiantes, académicxs e integrantes de comunidades mayas, principalmente Quichés.
Familiares y sobrevivientes de la masacre se congregaron desde el amanecer para montar una ofrenda floral y realizar una ceremonia de fuego maya dedicada a las y los 37 «héroes y mártires».
De acuerdo con el vocero del Comité de Unidad Campesina (CUC), organización que lleva 44 años exigiendo justicia, las fuerzas castrenses del gobierno de Lucas García y Ríos Mont, justificaron la masacre argumentando un grupo terrorista había tomado el edificio diplomático.
Durante el evento se recordó también a Gregorio Yujá Xuná, quien sobrevivió el incendio, pero fue secuestrado en el hospital al cual fue trasladado y asesinado. El gobierno militar guatemaltense responsable de la masacre, se mantiene en el poder en total impunidad.
Durante el foro, se mencionó que, hasta hace unos años, había una placa en el lugar de los hechos que fue removida, por lo cual se propuso realizar un memorial en honor a las personas asesinadas y para denunciar que la historia no puede seguir en impunidad y olvido.
Los asistentes remarcaron que, aún en este periodo de transición de gobierno, no van a dejar de luchar para conseguir justicia y salvar la verdad antes de que se olvide.
“La lucha seguirá porque si sobrevivimos al genocidio, sobreviviremos al olvido.”
Memoria y resistencia
Como eje central del evento se enfatizó la importancia de la memoria como forma de justicia y, sobre todo, que la juventud guatemaltense la rescate y proteja.
Asimismo, se hizo un llamado a la construcción de una propuesta de país que contemple un proyecto universitario cercano a la realidad campesina, obrera y popular, una universidad que emane de la identidad originaria y se articule con diversos sectores organizados del país que promuevan una historia viva desde la memoria colectiva, que busque la verdad como base para la justicia social, con miras de no repetir los errores y mucho menos los crímenes del pasado.
“Las nuevas generaciones tienen una gran responsabilidad, la información y su manejo es poder; con las nuevas tecnologías de comunicación ya nadie los puede manipular tan fácilmente y pueden hacer contrapeso con nuevos discursos por la memoria, es crucial su rol en la reescritura de la historia; deben asumir un papel más activo en la toma de decisiones colectivas por su país y sacar de raíz la injusticia de la historia que vienen arrastrando.”
El triste episodio de la masacre de la embajada española en Guatemala de 1980, es uno de los tantos crímenes de lesa humanidad enterrados en la historia guatemaltense. Historias de impunidad, dolor y miedo que los gobiernos militares han intentado borrar de la memoria colectiva para imponer el terror y el olvido.
Nos movilizamos para honrar la ofrenda de la sangre de los pueblos mayas desde los años setenta; memoria histórica para las nuevas generaciones, para que se sepa lo que en verdad pasó y que en las escuelas dejen de mentir sobre nuestro dolor; y porque el color de la sangre jamás se olvida, los masacrados serán vengados.
La historia de Latinoamérica
Esta fecha nos recuerda muchos otros episodios de la historia de los pueblos de México y de todo el continente nuestroamericano.
El continente se ha enfrentado a una guerra colonial que busca controlar los recursos naturales a través de una política de sangre, terror y exterminio de los Pueblos Originarios y de pueblos esclavizados por las oligarquías de la región.
Durante las décadas de los años sesenta y ochenta, los gobiernos en el continente fueron militares y autoritarios, responsables de genocidios en contra de los pueblos y colectivos organizados políticamente; golpes militares, millones de personas asesinadas, desaparecidas y traficadas, políticas de exterminio impuestas a la fuerza por Estados Unidos y Europa.
Así sucedió en Guatemala, Argentina, Perú, Brasil, Bolivia, Nicaragua, Paraguay, México, Colombia, Haití, Cuba... ningún país se ha librado de la imposición del capitalismo.
Hasta el día de hoy, la represión la viven los Pueblos Originarios por defender la vida, esa es la cuenta pendiente.